El avance de la genética junto a la UPV nos permite garantizar natalidad, crecimiento, pureza, resistencia y, en definitiva, eficiencia.
Han pasado más de cuatro décadas desde que iniciamos nuestra selección genética en cunicultura, fue en el año 1976 cuando en el ICTA de la Universidad Politécnica de Valencia se empezó a trabajar en la constitución de las primeras líneas seleccionadas de conejos.
En el año 1994 se crea SERGA Servicios Ganaderos, y desde entonces lleva difundiendo genética en toda la península ibérica. Ya en el año 2002, de la mano de la UPV, creamos la primera granja de multiplicación, más tarde en 2008 se comenzó la selección de la línea genética “H” o Hiperprolífica, pero no fue hasta el año 2012, que, junto a la UPV, centramos todos nuestros esfuerzos en conseguir individuos seleccionados por caracteres muy distintos:
Las líneas que se utilizan en SERGA son:
En todo momento en SERGA seleccionamos los mejores ejemplares de cada línea para mejorar el rendimiento de la producción y ofrecer una alta calidad tanto en reproductores como en conejos para la venda de su carne o Terminales (blanco o pardo).
Más información sobre genética cunícola en la web de la UPV:
En la línea “LP” o Longevo-Productiva, seleccionada por resistencia “Robustez”, y con una muy alta productividad, caracteres heredables para las líneas maternales. Esto nos ha permitido llegar a trabajar con “0” antimicrobianos en todas las dietas de nuestros centros.
Ha habido una mejora de la velocidad de crecimiento para ambas líneas cárnicas o terminales, con una excelente conformación de la canal para obtener un mejor rendimiento a la canal de los conejos, así como una selección genética basada en la eficiencia alimentaria de los conejos, para que, a medida que vamos mejorando la velocidad de crecimiento, mejoremos paralelamente el índice de conversión de pienso en la granja.
La confluencia de nuestras líneas mediante un cruce genético tradicional a tres vías nos permite asegurar que, con el empleo de nuestras líneas, se optimizará al máximo la relación coste-beneficio, mejorando así la eficiencia de la explotación ganadera.
